“Pusimos a las estilistas delante de la cámara para asesorar en WhatsApp”, Alejandro Mateo (MiPelazo.com)
“Empezamos hace 7 años en una habitación en el piso donde vivíamos, empezamos a hacer los paquetes desde ahí y guardamos los productos en el cuarto de invitados”, comenta Alejandro Mateo (Cofundador de MiPelazo.com) sobre cómo empezó a montar su salón de peluquería online con su marido peluquero: “Nos hacía mucha ilusión cada vez que llegaba un pedido y lo celebrábamos”.
Algunos días vendían dos productos, algunas semanas tenían 5 pedidos, hasta que llegó el primer Black Friday: “Fue un poco locura, en 3 días hicimos 35 pedidos”. Con el tiempo pasaron a un local y la pandemia también les ayudó a crecer. El 90% de su mercado es cabello y con el confinamiento tuvieron que cerrar su peluquería y recolocaron a las peluqueras: “Pusimos a las estilistas delante de la cámara y a recibir WhatsApp y asesorar y nos explotó en la cara. Todo el mundo se teñía en casa y nos decía que les había quedado mejor que con su peluquero. La asesoría en WhatsApp, los directos y el poder ver la cliente de que había detrás una estilista que te escuchaba, que te asesoraba, que si tenía que dedicar 20 minutos te los dedicaba para acompañarlas en el proceso eso fue lo que hizo un boca-oreja superrecomendado y nos hizo crecer”. Actualmente han superado los 67.000 pedidos y el ticket medio es de unos 65-70 euros por pedido.
“A veces nos equivocábamos de poner el champú en vez de verde en azul y nos llamaban con unos modales… lo entiendo porque yo lo he hecho como cliente, pero les bajamos un poco diciéndoles que no somos Amazon, está Elena, José, Eder, Mari, Carmen, yo y de momento no tenemos robots realizando los pedidos, y ojalá que todos los problemas que tengamos en el mundo sean que nos hemos equivocado de champú. No te preocupes, mañana te llega el nuevo y recogemos el otro”. Alejandro quería que con la digitalización no se perdiera la cercanía, que vieran que hay un equipo de personas y que son muy transparentes: “Tenemos un WhatsApp 24 horas, pero a veces nos llaman y decimos. ‘Vale, dame un segundito que he ido a buscar al niño al cole y ahora te atiendo’. Esa es una manera de enfocar nuestro negocio”.
El asesoramiento online les funciona muy bien: “Les decimos que nos tienen que enviar 3 fotos, una frontal, una de la parte de atrás para verte las raíces y el tipo de cana que tienes, y otra foto de cómo te gustaría tener el pelo, para que así la colorista le envíe la fórmula que tiene que comprar con la explicación del paso a paso. Yo creo que la gente lo valora mucho y no cobramos por ello. Incluso te escriben el sábado diciendo que no saben si están poniéndose el tinte bien y hacemos videollamadas con ellas, se sienten superacompañadas”. No extraña que el 50% de su facturación sea de cliente repetitivo.
Aunque en su gran mayoría sus clientes son mujeres, más previsoras en los cuidados estéticos, también tienen hombres, que son más de pedir productos cuando ya tienen el problema: “Nos levantábamos un sábado y veíamos que habíamos vendido 25 champús anticaída, y decías claro, el hombre ha salido por la noche y alguien le habrá dicho algo… Y en cambio, desde las 6 a las 9 de la mañana es cuando las mujeres comprar más cremas faciales, y ahora que llega el buen tiempo corporales”.
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