Jonathan Chacón, un desarrollador ciego que trabaja para mejorar la accesibilidad en Cabify

Según Apple, fue la primera aplicación publicada de la App Store por una persona ciega fue el ‘Buscaminas Accesible’, desarrollado por Jonathan Chacón. En este acens Podcast le hemos entrevistado para repasar su vida, dedicada a la programación y superación de barreras.  


“Mi primer contacto con la informática fue a los 4 años con un MSX y a los 5 años entró un Amstrad CPC y eso ya marcó directamente mi futuro”, comienza contando Jonathan, que desde los 6 años empezó a programar en BASIC. “Luego pasé por otros lenguajes como Pascal, C y cuando llegué a SmallTalk pues ya me sentía muy cómodo para hacer aplicaciones más ambiciosas”. A los 6 años se dieron cuenta de que sólo veía por un ojo y a los quince perdió la visión debido a un Glaucoma y a una Maculopatía.

 

“Aprendí braille en unos cuantos días. Mi gran preocupación era averiguar cómo hacía un ciego para acercarse a la informática. Me encontré que en aquel año 95 en España la informática estaba en pañales para los ciegos”. Contactó con viejos amigos del mundo de la Informática de España, de Europa y de Estados Unidos, y unos compañeros del otro lado del charco le enviaron un lector de pantalla para MS-DOS, con lo que pudo volver a tocar un ordenador tras 3 meses en el dique seco. La ceguera le hizo decidirse por desarrollar software ya que tuvo alguna mala experiencia ensamblando hardware: “Al año de quedarme ciego intenté soldar una placa base para un circuito de un Commodore Amiga y me quemé todo el brazo. Entonces dije yo: Los ciegos no sueldan”.

 

 

“He disfrutado de Internet desde el año 91, mediante BBS, Infovía, Ibertext… lo tenía que racionar mucho porque mi madre era la que pagaba el teléfono. Fue una época muy divertida la de los 90, participar en la huelga de teléfonos caídos, todo el tema de pasarse de HTML 1, a 2, a 3 y ya un poco más estable 4.0, el tema de tener tu primer portal web en Geocities, Teleline y demás, fue una época del internet romántico, éramos pocos pero nos lo pasábamos muy bien”. Un libro que venía desde Estados Unidos tardaba entre 6 y 12 semanas en llegar, pero la llegada Internet aceleró la difusión de la información.

 

En el centro educativo Luis Braille de la ONCE en Sevilla repitió octavo tras quedarse invidente para conocer las matemáticas en Braille así como estrategias para enfrentarse a otras asignaturas de Ciencias. Luego estudió BUP en Madrid, lo que le permitió retomar viejos contactos, e Internet se volvió más barato a finales de los 90, lo que le permitió mejorar sus conocimientos. “Acabé desertando de la Ingeniería Informática como tantos otros, porque la Universidad no me llenaba en absoluto y además no había un marco legal de protección del alumno con discapacidad, eran muchas discusiones con profesores para que me pasaran los exámenes en formato más o menos adaptado y me apunté a un ciclo de grado superior de Ciencias de Desarrollo de Aplicaciones Informáticas”.

 

Empezó a publicar cosas ad-hoc o para círculos pequeños, como el juego LINGO desarrollado en Delphi 2 (basado en el famoso programa de televisión de esa época) para Windows 95-98, “incluso yo mismo perdí el código fuente y años después me lo encontré en la página web de otro ciego, una calamidad. A los ciegos les suele gustar mucho los juegos de palabras y como yo quería buscar cómo utilizar las APIs de síntesis de voz externa… yo todos los desarrollos que hago a título personal siempre es para probar algo”.

 

El primer desarrollo de un juego accesible a múltiples perfiles de discapacidad para dispositivos móviles desarrollado íntegramente por una persona ciega fue realizado por Jonathan Chacón, publicado en diciembre de 2010: “Desarrollé el Buscaminas porque el algoritmo de juego más sencillo que podía pensar en ese momento y tenía que ponerme al día en Objective-C y comprender cómo era toda la problemática de pantallas táctiles y barreras de accesibilidad”. Según Apple, fue la primera aplicación publicada en la App Store por una persona ciega, y tuvo muy buena acogida: “Había en el mundo de la discapacidad que me decía que lo estaba vendiendo muy barato, lo estaba vendiendo a 99 céntimos, y yo siempre decía lo mismo, es que el precio también tiene que ser accesible. En el mundo de discapacidad cualquier elemento específico es carísimo porque se dirige a un colectivo muy minoritario, entonces para garantizar el balance de costes tienes que incrementar mucho el precio”.

 

Jonathan ha tocado muchos palos de la Informática, por ejemplo como Beta tester prueba la interfaz y experiencia de usuario del producto: Suelen llamarme mucho porque soy bastante puntillista. Cuando presento el informe no suele ser demasiado destroyer, sino de ‘esto está mal pero se puede solucionar así’, en algunos proyectos incluso les he enviado código o soluciones, y para el pairing code o técnicas de revisado de códigos y demás pues la verdad es que no tiene mucho asunto. Yo lo que hago es configurar mi lector de pantalla, si en este momento estoy utilizando síntesis de voz para que me vea los signos de puntuación, incluso me creo reglas de pronunciación dependiendo del lenguaje, o si utilizo una línea Braille, un player display, pues leo el código directamente con los dedos en Braille. Dependiendo del lenguaje me interesa más saber el nivel de indexación o me interesa más conocer los símbolos matemáticos. Por ejemplo en Python es indispensable saber el nivel de indexación, entonces ahí prefiero leer el código en Braille, en cambio para Swift, Objective-C o C++ me interesa más el código intermedio y los símbolos que se emplean, entonces ahí directamente con síntesis de voz”. Además sabe programar en varios lenguajes para montarse scripts que le ayudan a llegar donde quiere y usa trucos de productividad: «Si xCode ofrece unos 95 atajos de teclado yo puedo decir que me sé al menos 80 y utilizaré unos 60».

 

Chacón comenta que todo el feedback auditivo para una persona ciega es muy importante: “Por ejemplo mis aplicaciones tienen un extra de sonido que en muchos casos diseñadores de Experiencia de Usuario dicen que son innecesarios. Yo pienso que lo mismo que una interfaz tiene que ser visualmente atractiva, una interfaz tiene que ser auditivamente atractiva, porque si no las personas ciegas se quedan un poco con la experiencia un poco árida. Un par de sonidos extra más no hacen daño a nadie, van a ocupar menos de 5 megas más en el paquete de descarga y todos felices”. Para comprobar como “ve” la web un ciego hay varias extensiones en Firefox y Chrome, en Windows 10 o superior se puede activar el lector de pantalla con ‘Tecla Windows + Ctrl + Enter’ o ‘Tecla Windows + Mayúsculas + Enter’, y en Mac con ‘Comando + F5’ o con el teclado Magic Toolbar ‘Comando + botón de leer huella 3 veces’ arrancará Voice Over.

 

Jonathan se lamenta de que para nuevos proyectos se coja lo que ya se ha hecho para accesibilidad web e intentar adaptarlo. “¿Qué pasa? Que muchas veces eso no encaja, por ejemplo querer equiparar la experiencia de acceso y de uso de una aplicación móvil o de una aplicación de un asistente de voz a lo que sería una web del año 2005-8 es un suicidio tecnológico. Tú mismo te estás poniendo barreras de tecnología”. A las grandes corporaciones y gobiernos les daría dos consejos para mejorar la accesibilidad digital:

1.- “Que buscasen buenos profesionales de verdad de la accesibilidad, porque hay gente que se lee un manual, no trata con las personas afectadas por las barreras de accesibilidad y luego dan soluciones que ni son accesibles, ni son usables, ni son soluciones”.

2.- “Una cosa es lo que diga una normativa, un manual de accesibilidad con tropecientas normas y demás, pero la accesibilidad real a lo mejor son muchos menos criterios, mucho menos puntos a satisfacer y quizás con ese mínimo de accesibilidad y un poquito de usabilidad y mucho sentido común se pueden encontrar soluciones que, según la normativa nos guste el cien por cien de necesidad, pero resultan totalmente accesibles y más cómodas esas soluciones certificadas”.

 

 

Actualmente Jonathan es Senior Accesible Software Engineer en Cabify. “Muy contento, la verdad que siendo una empresa 100% española tiene un aire de trabajo muy a lo Silicon Valley donde me siento muy cómodo. Como dice un compañero, el 99% de la población techie somos frikis convencidos, el que no es amante de los Simpsons juega a rol, o es un Star Warrior o un Trekkie, vamos que todos tenemos nuestras cositas”. Teletrabaja desde Sevilla y va una o dos veces al mes a Madrid. “Los compañeros se sorprenden después de conocerme un poco de cómo me puedo meter a su nivel en su trabajo. En Cabify he definido ahora en la primera etapa de accesibilidad he definido un modo de trabajo en plan Ninja Developer, o sea, yo estoy trabajando a la sombra de los tres equipos de desarrollo, ellos no ven lo que hago yo porque yo voy incorporando cambios y mejoras en la interfaz, para que todas las barreras de accesibilidad se vayan solucionando a nivel semántico, en la segunda etapa será a nivel de diseño visual y en la tercera etapa será a nivel de diseño funcional”. De esta forma no ralentiza el trabajo del resto.

 

“Yo paciencia personalmente no tengo. Es más, gracias al uso de síntesis de voz acelerada, un documento que tú puedes tratar de leer en 10 minutos yo puedo terminar de leerlo 2. Todos los podcasts y videotutoriales de YouTube los tengo que poner al menos a 1,5 de velocidad como mínimo, porque me desespero. Llega un momento que cuando lo pones a x4 o x8 ya la gente te mira raro, ‘No te estás enterando’, pero bueno, eso es ya entrenamiento del oído”. Tiene varios asistentes de voz y las fotos las gestiona con ayuda de una IA si es algo público, “si es algo privado le pido prestados los ojos a mi mujer”.

 

 

“Internet nos ha permitido compartir más información, pero el reto de avanzar, exprimir el hardware y demás, han sido los videojuegos”, opina Jonathan, que ve en la Inteligencia Artificial como un mecanismo de control: “Hay intentos de que la prefectura de Tokio se haga una Inteligencia Artificial, creo que se está haciendo ya, para vigilar la incorruptibilidad y la honestidad de los políticos. O sea, esta IA controla todos los movimientos de tu banco, los movimientos de banco de tus familiares, tus decisiones que tomes durante tu legislatura y demás, por qué este tío está fomentando el uso de instalaciones hidroeléctricas y lo exhibe que en su agenda salió una semana antes una reunión con una persona que es un responsable de instalaciones hidroeléctricas, pues todo eso lo va a investigando una IA para si haces algo que te no debes te dé un toque y si sigues haciéndolo pues el toque va para la Policía, eres un corrupto, no deberías estar ejerciendo un cargo público”.

 

Jonathan se despide: “Un placer, cualquier cosa que necesitéis me podéis encontrar en Twitter, en @jonathanchacon o en mi sitio web ww.tyflosaccessiblesoftware.com.

 

 

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