“Imprimimos brazos en 3D que permiten coger objetos con el movimiento de la articulación”, Laura Martín Torruella (Ayúdame3D)

En 2017 Guillermo Gauna-Vivas se compró una impresora 3D, empezó a trastear y se dio cuenta de que existían unos archivos de brazos. Imprimió algunos, y como se iba de voluntario a Kenia preguntó si allí hacían falta: “Pasaron unos días y empezaron a llegar fotos por WhatsApp de personas de la zona que sí necesitaban un brazo porque habían sufrido un accidente de tráfico, una amputación por alguna enfermedad...”, comenta Laura Martín Torruella (Cofundadora y Directora de Comunicación en Ayúdame3D).  

Guillermo se fue a Kenia con 5 brazos, de los cuales 2 eran de un modelo novedoso, apto para personas que no tienen codo ya que se engancha en el hombro: “Era la primera que vez que se iba a probar esto. Me acuerdo de ese vídeo que recibí por WhatsApp de la primera vez que se colocó un brazo y de cómo funcionaba, la emoción de sentir madre mía, qué locura ésta. Realmente está funcionando y está cambiando la vida de las personas”, recuerda Laura.

 

Viendo que debía continuar su labor, Guillermo comenzó a abrir perfiles en redes sociales, lo que tuvo buena acogida por parte de los medios y de algunos amigos que empezaron a colaborar en sus ratos libres, como Laura. Así nació Ayúdame 3D, una entidad española que utiliza esta tecnología para imprimir y entregar -sin coste- dispositivos de ayuda para personas con discapacidad. Hoy en día ya son un equipo profesional: “Somos una institución muy grande, sólida, tenemos un flujo de trabajo, un modelo de negocio y la verdad es que es increíble pensar que de esa idea, de ese viaje, ha nacido todo esto”.

 

En Ayúdame 3D se imprimen brazos, pastilleros para personas con Parkinson, cajas para cubrir bolsas de quimioterapia de niños en hospitales, pantallas faciales de protección contra el Coronavirus… “Si nos llega una petición de otro dispositivo que podemos hacer, ¡adelante! Es darle ese valor social que tiene la tecnología y ayudar con ella”, afirma Laura. Esas prótesis de brazos, llamadas Trésdesis, son personalizables por si la persona quiere un tono como su piel u otros colores. Por ejemplo a los niños, a quienes les hace especial ilusión recibir su brazo, se les puede personalizar con dibujos como Spiderman. De hecho el programa Superkids vela para que al niño se le provea de otros brazos a medida que crece y puede ir cambiando el diseño. Actualmente disponen de 3 tipos de brazo:

  • Trésdesis Nelly: se adaptan a la muñeca
  • Trésdesis Mary: se adaptan al codo
  • Trésdesis Vicky: se adaptan al hombro

 

“El brazo se imprime en piezas planas y con un secador industrial se le da forma con el calor (termoconformado). Las piezas se unen con gomas e hilo de pescar”, señala Laura. En 2 meses máximo está hecho el brazo y se envía, todo ello gratuito para el receptor. Las personas no necesitan usar la otra mano para que la prótesis del brazo se cierre y puedan coger objetos: “Es un movimiento mecánico, prensil. Simplemente con el movimiento de la articulación de la persona el brazo tensaría todos los hilos que lleva y cerraría y abriría la mano”. Eso sí, se requiere un tiempo de adaptación y ensayo para ir habituándose a usarlo.

 

Entre los reconocimientos que han recibido destaca el Premio Social de la Fundación Princesa de Girona, entregado a Guillermo Gauna-Vivas por la Familia Real Española. La labor de Ayúdame3D no sólo es entregar las prótesis, como indica Laura: “También queremos fomentar la construcción de una sociedad mucho más concienciada. Que tenga en la mente esa frase que siempre decimos, ‘Ayudar es demasiado fácil como para no hacerlo’. Creamos programas tecnológicos y educativos en colegios, y programas de Team Building o RST (Responsabilidad Social Tecnológica) en empresas”.

 

Su sede principal está en Madrid, pero tienen otra en Bamba (Kenia), siendo el primer laboratorio de impresión 3D internacional que han abierto: “Tiene estudiantes de la zona que hemos formado en impresión 3D, en captación, en medición, en investigación, en desarrollo… para que hagan nuestra labor pero desde allí. Desde el Valle del Rift opera y busca beneficiarios en la zona. Esperamos que el Covid vaya dejándonos seguir abriendo más, que era la idea que teníamos en 2020 antes de que llegara la pandemia”. Y como no todo el mundo puede acceder a su web o redes sociales, han creado alianzas internacionales con ONGs, Hospitales, instituciones de distintos países y personas para que les ayuden a encontrar gente que necesita las prótesis: “Por ejemplo, el año pasado con el Ejército de España entregamos casi 40 brazos en zonas de Malí, Líbano y Senegal”.

 

“Gente con relevancia en redes ha compartido nuestro proyecto, ha dado difusión, o empresas como Boticaria García que es como nuestro ángel de la guarda que siempre está ahí, nos ha ayudado un montón, tenemos una línea de productos solidarios con ella”, añade Laura. Hay empresas que les han donado impresoras, bobinas de plástico, material, escáner 3D… mientras que los colaboradores (llamados Helpers3D), donan su tiempo y recursos para imprimir Trésdesis desde sus casas. Para financiar su labor de fabricación, investigación y envío de los dispositivos de ayuda ofrecen los cursos de impresión sostenible en colegios y empresas, productos solidarios como la mascota Helpi, la posibilidad de hacer una donación o convertirse en socio con una colaboración mensual.

 

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