La vida de Steve Jobs (2 de 7): El Macintosh
Continuamos repasando en el blog de acens la interesantísima vida de Jobs. Steve perseguía desarrollar un ordenador completamente diseñado por Apple y que fuera amigable para el usuario, y tras algunos intentos fallidos como el Apple III o el Lisa se embarcó en el Macintosh a finales de los 70.
Siguiendo el estilo Bauhaus, propuso darles a los productos de alta tecnología una presentación diáfana: “Los meteremos en un paquete de pequeño tamaño, y podemos hacer que sean bonitos y blancos, igual que hace Braun con sus electrodomésticos”, en lugar del aspecto industrial que ofrecía el color negro, expuso Jobs en una charla impartida en la conferencia de diseño de Aspen del año 1983. Para Steve Jobs los productos tenían que ser fáciles de manejar: “El factor principal de nuestro diseño es que tenemos que tratar de hacer que las cosas resulten obvias de forma intuitiva”. Para ilustrarlo, alabó la metáfora del escritorio que estaba creando para el Macintosh: “La gente sabe de forma intuitiva cómo manejarse en un escritorio. Si entras en un despacho, verás que sobre la mesa hay varios papeles. El que está arriba del todo es el más importante. La gente sabe cómo asignar prioridades a sus tareas. Parte de la razón por la que basamos nuestros ordenadores en metáforas como la del escritorio es que así podemos aprovechar la experiencia que la gente ya tiene”.
Pensaba que para hacer un ordenador extraordinario el sistema debía ser cerrado y unir hardware con software. Por ello diseñó herramientas especiales para que los usuarios no pudieran abrir la carcasa del Macintosh con un destornillador convencional.
Introdujo el ratón de un botón para que las acciones se realizaran con el puntero y de forma visual, así la gente disfrutaría el uso de la interfaz gráfica. Para forzar al usuario a utilizarlo eliminó las flechas del cursor en el teclado, y es que Jobs rehusaba hacer investigaciones de mercado porque “los clientes no saben lo que quieren hasta que se lo mostramos”.
Influido por sus clases de caligrafía en la Universidad, se empeñó en que el Macintosh tuviera varios tipos de letra, lo que a la larga hizo que junto a su gran capacidad gráfica el Mac fuera un referente en la industria de la autoedición.
Estaba obsesionado con las esquinas redondeadas porque daban un aspecto menos agresivo que las de pico, y colocó la disquetera bajo la pantalla para tener un monitor más alto y estilizado, con forma de cara. Todas estas implementaciones conferían al Macintosh un aspecto agradable.
Corría el año 1984 y para presentar el producto la agencia de publicidad Chiat/Day realizó un anuncio dirigido por el Director de Cine Ridley Scott (Alien y Blade Runner). Sólo se proyectó una vez durante la final de la 18º Super Bowl, justo cuando los Raiders se anotaron un ensayo contra los Redskins al principio del tercer cuarto. En lugar de proyectarse la repetición se mostró lo siguiente.
El cierre del anuncio decía: “El 24 de enero, Apple Computer presentará el Macintosh. Y entonces verás por qué 1984 no será como 1984”, en una clara comparación de IBM con el Gran Hermano de la novela de George Orwell (un libro muy recomendable), donde el Macintosh se presentaba como el libertador de las masas representado por una chica que destrozaba con un martillazo la pantalla del Gran Hermano.
El anuncio fue todo un éxito entre el público y generó una gran expectativa ante la presentación que se iba a hacer dos días más tarde. Antes de comenzar el acto en el auditorio Flint que tenía sus 2.600 localidades llenas, Jobs le confesó al entonces CEO de Apple John Scully: “Éste es el momento más importante de toda mi vida. Estoy muy nervioso”.
Sin embargo todo se desarrolló a la perfección con un público entregado, cuando Jobs destapó el Mac de la bolsa que lo guardaba y éste proyectó imágenes en su pantalla de todo lo que ofrecía acompañando a la melodía de ‘Carros de fuego’. Cuando terminó, Jobs indicó: «Hemos hablado mucho últimamente acerca del Macintosh. Pero hoy, por primera vez en la historia, me gustaría permitir que sea el propio Macintosh el que hable». Y tras pulsar un botón el ordenador dijo con voz electrónica: «Hola. Soy Macintosh. Cómo me alegro de haber salido de esa bolsa».
Tras la presentación un periodista de le preguntó qué tipo investigación de mercado había realizado, a lo que Steve respondió: “¿Acaso Alexander Graham Bell realizó un estudio de mercado antes de inventar el teléfono?”.
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