“Probamos una estación espacial para Marte en una cueva de Cantabria”, David Ceballos (Astroland)

David Ceballos es CEO en Astroland Space Center, una empresa que desarrolla nuevas tecnologías que hagan posible la vida humana en el entorno hostil de Marte: “En Santander tenemos nuestro lugar de trabajo y tenemos dos grandes instalaciones. Una que es el Space Center, nuestro Houston, desde donde monitorizamos todo lo que sucede en la otra gran instalación, Ares Station, una gran cueva que está en Arredondo (Cantabria), tiene 1 kilómetro de largo y hasta 60 metros de altura. Hemos aprovechado esta gran cavidad para montar todas las instalaciones necesarias para crear una estación marciana”.

 

 

“Mi función principal es la de agente integrador. Nosotros tenemos muy claro el propósito, que es establecer una colonia humana en el Planeta Rojo, y todo lo que tenemos que hacer en un Roadmap que hemos fijado para 2035, en el que nosotros estaremos preparados para generar hábitats funcionales en un lugar tan extremo como Marte”, comenta Ceballos, indicando que la idea nació porque lo más compatible que hay con la vida humana en el Planeta Rojo es establecerse debajo de tierra. Se han interesado por su proyecto el National Geographic, BBC, Forbes e incluso el aventurero Jesús Calleja: “Dice que es el único sitio que le falta por ver”.

 

La idea es que puedan experimentar tolo lo que se va vivirá cuando se colonice Marte: “Desde comer comida liofilizada, generar energía, comida, ocio, purificar los hábitats, buscar vida… Por eso es tan divertido, porque lo que estamos haciendo es supernovedoso y además lo tenemos hecho en trabajo de campo análogo. Para entendernos, equivocarnos en la Tierra para no tener que hacerlo el día de mañana en el Planeta Rojo. Y este gran banco de pruebas nos está dando buenísimos resultados”. Ceballos señala que nos vamos a convertir en una especie multiplanetaria y que es algo absolutamente necesario para perpetuar nuestra especie: “La adaptación al ambiente marciano generará una nueva línea evolutiva que nosotros hemos llamado Homo Marcianus”.

 

A sus cosmonautas los han bautizado como Astrolanders, de quienes esperan que les ilusione el proyecto y que sean buenos en un área específica. Esta es la formación que reciben, de forma resumida:

  • Pasan un mes en un Campus virtual a distancia para realizar cursos sobre la mente, dietética y entrenamiento físico, entrenamiento del rol que llevarán a cabo y ejercicios filosóficos tipo “de dónde venimos, hacia dónde vamos”.
  • Después se entrenan en el rockódromo, hacen coaching mental, practican la resiliencia, más entrenamiento físico…
  • Por último se ponen sus equipaciones y entran en la Ares Station, donde la sugestión es máxima: “A los 10 minutos de estar allí dentro ya no sabes si estás en la Tierra o en Marte. No hay a nadie que no le haya cambiado la vida, y esto lo conseguimos a partir de 3 días. Es algo realmente increíble que no se puede explicar”.

 

En Astroland tocan todos los palos en cuanto a Biología, Ingeniería y Psicología: “Nos estamos preparando para estar en espacios hacinados, en estrés prolongado y con un efecto que ningún ser humano ha vivido que es dejar la Tierra atrás. No sabemos qué efectos va a tener, sin lugar a duda va a impactar mucho, sobre todo en el área inconsciente del cerebro. Hemos desarrollado el programa Mars Mind para entrenar esta área del cerebro, que implica al 92%-95% de la actividad cerebral”. Y es que en este tipo de misión donde no ha lugar al abandono hay que evitar al máximo que surjan problemas personales entre astronautas, ya que de ello depende la vida de la tripulación.

 

“Las comunicaciones son uno de los grandes problemas. Hay una latencia de entre 4 y 22 minutos. Eso te da una sensación de aislamiento increíble. Nosotros lo simulamos y eso nos da muchísima información. Las decisiones se tienen que dar de manera autómata en destino, cada persona tiene un rol específico, aparte del Comandante que toma las decisiones. La información tiene que ir por paquetes, no como en una videollamada, tienes que mandar un paquete completo y esperar a que te respondan de esa forma”. Ceballos cuenta la anécdota de que hace medio siglo hubo una huelga en el espacio, porque los que estaban en el puesto de control terráqueo estaban dando órdenes continuamente y de manera desorganizada a los astronautas, hasta que éstos apagaron las comunicaciones. Después de una hora encendieron las comunicaciones y pidieron que las órdenes fueran de una en una. A partir de ahí se cambió el protocolo y sólo una persona habla con los astronautas, y luego dicha persona se coordina con el resto de equipos en la Tierra.

 

 

La Red de Comunicaciones también está sin resolver: “Hay propuestas que dicen que Elon Musk quiere montar un Starlink marciano, para dotar de esas comunicaciones, pero hay que recordar que Marte se encuentra entre 55 millones y 400 millones de kilómetros, es una onda elíptica donde las comunicaciones van a seguir tardando en llegar”. Ceballos también explica que el interés de Richard Branson o Jeff Bezos no es puramente curiosidad: “El día que cotice SpaceX en bolsa veremos multiplicado por N la ya superriqueza de Elon Musk. El área Cislunar es la nueva área geoestratégica, se está convirtiendo no solamente en algo estratégico a nivel económico sino también como país”.

 

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