“Nuestro objetivo es salvar las máximas vidas posibles con nuestra tecnología innovadora para motos”, Jesús Carnerero de Pablo (KOMOBI)
“Desde pequeño siempre he tenido bastante interés por la informática, también por el mundo de los negocios. Tal es así que con 18 años monté mi primera empresa, orientada a la reparación de dispositivos electrónicos, mantenimiento también de PC, a la vez que estudiaba Ingeniería Eléctrica”, comenta Jesús Carnerero de Pablo (CEO de KOMOBI).
Lo empezó un poco como hobby hasta que decidió dedicarse al negocio a tiempo completo: “Acabamos especializándonos en la reparación de placas electrónicas de móviles y dábamos servicio a más de 20 puntos de venta en Sevilla y en Andalucía”. Luego traspasó la empresa y terminó la carrera. Durante esos años hubo un hecho que le marcó: “Fue justo antes de entrar en la Universidad. Un amigo mío volviendo a su casa el día de su cumpleaños tuvo un accidente de moto en la Avenida de la Palmera, una de las más concurridas de Sevilla. Nadie se dio cuenta hasta que fue muy tarde, por desgracia cuando se lo encontraron había fallecido”.
Ese hecho y su inquietud por los avances tecnológicos le llevaron a fundar una nueva empresa: “KOMOBI es una solución que convierte cualquier tipo de moto en una moto inteligente, conectada y protegida. Es un dispositivo IoT conectado siempre a la red que localiza en todo momento tu moto. En caso de que la toquen tiene una funcionalidad de seguimiento en tiempo real. Y por supuesto, como era el alma de proyecto, cada vez que se arranca la moto en todo momento protege al rider. Nos enfocamos en incrementar al máximo las probabilidades de supervivencia del conductor”.
Por cada moto hay 16 coches en España, pero hay cuatro veces más de motoristas fallecidos que conductores de coche. La tecnología de KOMOBI permite reducir el tiempo de respuesta de las emergencias: “Cuando el dispositivo avisa a la centralita privada esta comprueba que todos los datos y parámetros que han llegado son correctos. Se intenta contactar con el usuario, y si no se logra y no hay señales de movimiento esa centralita privada se pone en contacto con 112 para comunicar la alerta y dar todos los datos”, cuenta Jesús. Además hacen un seguimiento de la emergencia: “Se pueden dar los casos en los cuales una persona se caiga, tenga una salida de curva, no responda, veamos que la moto está inmóvil, pero pasados 4 o 5 minutos esa persona esté bien, no haya echado cuenta al móvil y arranque la moto arranca. Los recursos de emergencia son limitados como bien sabemos y en pro de no malgastarlos esos agentes se quedan monitorizando, y hay sistemas ya automatizados para que si detectamos un movimiento automáticamente podamos avisar a 112 para que no mande allí ningún recurso, ni de policía ni de ambulancia ni nada”.
“Este semestre más de 100 personas han estado tiradas inconscientes en la carretera en mitad de la noche. Gracias a haberse comprado un día un caprichito para la moto ha aparecido allí la ambulancia y se ha despertado en el hospital”. En el primer semestre del año KOMOBI ha detectado más de 2.500 accidentes, y su equipo humano vela 24/7 por los motoristas: “Cuando hacemos el review de mensajes con los empleados y nos mandan fotos de usuarios en el hospital diciendo ‘Oye, me quedé inconsciente del accidente, no había nadie y estoy aquí gracias a vosotros, si no a saber cuándo me habrían encontrado’, se me ponen los pelos de punta”. El primer año la compañía creció un 40%-50%, y en este su tercer año en alguna de sus líneas de negocio están creciendo por encima del 100%.
“Que la tecnología sea nuestra para poder ir adaptándola a las necesidades es lo que realmente nos diferencia de la competencia”, indica Jesús, resaltando que su producto va muy de la mano con los departamentos de marketing, para escuchar realmente cuáles son las necesidades del cliente: “El producto es desde las líneas de código que están en la nube que gestionan todos los datos que llegan, hasta las líneas de código que están en la aplicación, hasta las líneas de código que están en el dispositivo que está en tu moto, hasta esa carcasa, hasta el adhesivo. Todo eso lo hemos hecho nosotros mismos, no hemos cogido una solución de Lituania o de China y le hemos puesto una carcasa más bonita”.
“Igual que el casco en el año 2000 era opcional y después ha sido obligatorio, nadie creo que a día de hoy conciba la moto sin casco, nadie va a concebir en 10 años una moto sin un eCall, un GPS, sin una conectividad”, asevera el CEO de KOMOBI. Por último, Jesús señala que su público objetivo son moteros y también personas allegadas: “De hecho es el mejor regalo de Navidad, no hay otro mejor regalo para los moteros”.
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